Digo,
cuento, que un día llegaron unas personas uniformadas que preguntaron por mi y me dijeron que a la construcción le faltaba una puerta, que escucharon como
dicha puerta había sido destrozada mucho tiempo atrás por buscadores-recogedores
de lo ajeno, que escuché como me dijeron que tenía que poner una nueva, que la
razón era evitar que entraran personas en esa construcción y que una vez dentro
molestaran a las cigüeñas; digo, cuento, que no pude evitar la risa pensando que
era broma y la cara de incredulidad y una creciente indignación cuando me quedó
claro que de broma nada; digo, cuento, que prometieron volver a ver si la
sugerencia-orden había sido cumplida; os informo que desde aquel día a veces comentamos
que jamás volvieron.
Dicen,
cuentan, que lejos de ese campo, mucho mas lejos de lo que marca la simple
distancia, hay más gente uniformada que vigila, en este caso unas alambradas
para impedir que alguien las salte…las alambradas tienen cuchillas.
Afirmo que
el día que alguien sea capaz de hacer una foto de un pajarillo posado en la
alambrada cerca de una cuchilla las quitarán, que ejerceremos tal presión
social que no tendrán otro remedio, que nadie quiere -que no podemos permitir-
que un inocente pajarillo se pueda cortar una pata.
Dicen,
cuentan, que cerca de las alambradas hay un bosque donde espera gente y que al
caer la noche esa gente del bosque tiene miedo y frío; dicen, cuentan, que
duermen pegados unos a otros para darse valor y calor, dicen, que es posible que
por eso, por dormir tan juntos, muchos de ellos sueñen con lo mismo, que en sus
sueños pueden entrar y salir de Europa a su antojo, que en sus sueños pueden
establecerse donde quieran, que en sus sueños incluso hay gente encargada de
que no les molesten; dicen, cuentan, que no, que no están soñando con ser
grandes empresarios tan bien recibidos que incluso se cambian las leyes de un país
para que se queden, que no están soñando con ser gente famosa a la que se
recibe con gritos histéricos y lluvia de bragas, que ni siquiera están soñando
con ser jeques de esos que allí donde van dejan el tufillo del dinero…que simplemente
sueñan con ser cigüeñas.
Nadie
entiende como es posible dormir en esas condiciones con una sonrisa en la cara,
yo creo que es debido a que saben que por una vez han tenido suerte con el color, que
casi todos, en esos sueños, se ven como cigüeñas negras.
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