viernes, 6 de diciembre de 2013

Una despedida...o no.


Los hay que piensan y creen en la reencarnación, y piensan y creen que incluso te puedes reencarnar en cualquier forma de ser vivo. Yo creo que casi todos hemos jugado, aun sin creer en ello, a eso de preguntar: ¿y tu en qué o en quien te reencarnarías? como si eso pudiera elegirse. Creo que no, que no se puede elegir, y que el ser vivo en el que nos reencarnemos viene dado por los meritos ganados en esta vida. Es posible, se me ocurre, que con un poco de suerte se permita a gente cuyos meritos hayan sido muchos la posibilidad de elegir, de ser así, es posible que él pudiera hacerlo... a ver si tenemos suerte, le cogemos en un día tonto y vuelve a reencarnarse en humano.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Onomatopeya de un suspiro.

Que como un suspiro ha pasado una vez mas el maldito tiempo, que fue la semana pasada cuando, después de siete años haciéndolo acompañada, la peque pidió permiso para venirse sola del cole. Se jodió, se acabó otro de esos periodos que llaman etapas de la vida, se acabó el volver diario charlando sobre la suya, poniéndote al día de amistades nuevas, viejas, en formación o en entredicho, de sucesos alegres y problemas, de plantearse dudas, de preguntar y de darse cuenta que un padre no tiene respuestas para todo, de aprender juntos, de obligarte a recordar, de recordarte lo bonito que es escuchar…era uno de mis momentos del día y se acabó, era como una de esas referencias horarias que necesitan bebés y ancianos para orientarse en este lío que supone escuchar a un reloj y no al cuerpo y se acabó.